Palabras, solo palabras — Un relato que me desgarra y me levanta

 

Palabras, solo palabras — Un relato que me desgarra y me levanta

Hubo un tiempo en que las palabras me abandonaron. En el silencio helado de una noche sin techo, con el cuerpo golpeado y el alma hecha jirones, pensé que ya no tenía nada más que decir. Que todo lo que alguna vez fui había quedado atrás, sepultado bajo la violencia, la traición y la soledad. Que ya no valía la pena contar mi historia porque nadie iba a escucharla.

Pero sobreviví. No por fuerza. No por estrategia. Sobreviví por amor.

El amor por mis hijos, aunque muchas veces solo los veía en recuerdos que dolían más que cualquier golpe. Sobreviví por esa luz pequeña que se encendía cada vez que alguien me tendía una mano sin pedir nada. Sobreviví porque aún había palabras —aunque rotas— queriendo salir de mí. Palabras que pedían gritar lo que otros callan. Palabras que sangraban. Palabras que sanaban.

Este libro que hoy te presento no es una obra literaria. Es un espejo. Es un grito. Es la piel abierta de una vida marcada por caídas brutales y resurrecciones lentas. Es la historia de un hombre que fue echado de su casa, acusado, golpeado, descartado. Pero también es la historia del que se levantó, del que volvió a creer, del que escribió en la tierra su propio testamento de esperanza.

"Palabras, solo palabras" es eso: cada letra escrita a la intemperie, con frío en los huesos y fuego en el alma. Cada relato de este libro está vivo porque yo estuve al borde de la muerte, física y espiritual, y encontré un motivo para volver. Escribí como se reza, como se suplica, como se ama. Porque cuando lo perdí todo, fue la palabra lo único que me quedó.

Y ahora, te la entrego.

Ojalá te atraviese. Ojalá te abrace. Ojalá te salve un poco, como me salvó a mí.

Prólogo

No escribí este libro para entretener.
Tampoco para impresionar.

Lo escribí porque sobreviví.
Porque estuve en lo más bajo: en la calle, en el frío, con hambre y miedo.
Porque me arrancaron de mi casa, me arrebataron a mis hijos, y me acusaron de cosas que no fui.
Y aún así, seguí respirando.

Este libro nace de la herida. Cada palabra está escrita con sangre, con rabia, con ternura.
No es literatura de ficción. Es testimonio. Es memoria. Es grito.
Pero también es amor. Amor profundo por quienes me sostuvieron con una mirada, con un plato de comida, con una palabra.

Fui padre, pareja, trabajador, y de pronto dejé de serlo todo.
Me convertí en un número en un juzgado, en un cuerpo tirado en una plaza, en un alma rota.
Y sin embargo, algo dentro mío se negó a desaparecer.

Ese algo se llama esperanza.

"Palabras, Solo Palabras" es mi forma de resistir el olvido, de darle sentido al sufrimiento, de decirle al mundo que estoy vivo. Que viví cosas que no deberían vivirse, pero que aún así encontré belleza en el dolor, verdad en la oscuridad y fe en medio del derrumbe.

Estas páginas son mis cicatrices transformadas en puentes.
Para quien sufre, para quien perdió, para quien lucha en silencio.
Que mis palabras te abracen, como yo abracé la vida cuando más me dolía.

Rubén Gustavo Ayala Williams
Ley 11723 – Derechos de la Propiedad Intelectual
https://gustavowilliams.blogspot.com/



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