La Vida
La vida no espera a que estés bien. Por eso, cada mañana levántate, agradece a Dios por un nuevo día y sigue adelante.
Cuida tu salud, porque si algo te sucede, el mundo no se detendrá por ti. Y recuerda: si no trabajas por tus propios sueños, alguien más te contratará para que trabajes por los suyos.
Haz tu camino en silencio. No te lamentes por el pasado: aprende de él y busca superarte cada día.
No insistas donde no eres llamado. Si no te cuentan, no preguntes. Si te mienten, no vuelvas a confiar.
Si no te incluyen, no le des importancia. Si no te responden, no insistas.
Pero si alguien te valora, ahí es donde perteneces.
Confía en los planes que Dios tiene para ti. No te aflijas si algo no sale como esperabas.
Los planes de Dios son más grandes y mejores que los tuyos. Lo que hoy no entiendes, mañana tendrá sentido.
Sigue confiando. Lucha por tus metas.
Fuiste elegido para cosas grandes, pero recuerda: nada cae del cielo.
Este relato es un recordatorio de que la vida no se detiene por nadie. Nos empuja a seguir adelante, incluso cuando no nos sentimos preparados. A menudo esperamos señales o condiciones ideales para actuar, pero la verdad es que el momento perfecto no existe. Debemos levantarnos cada día con fe, confiar en los planes de Dios, y trabajar por nuestros sueños con humildad, sin depender de la aprobación ajena.
La verdadera fortaleza no está en ser aceptado por todos, sino en saber quién eres y seguir tu camino con convicción. Recuerda: todo lo que vale la pena requiere esfuerzo. Nada cae del cielo.
Ruben Gustavo Ayala Williams
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https://youtube.com/shorts/FfxfWZ487So?feature=share
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