Sobre la roca, volver a empezar Reflexión y oración para la reconstrucción del matrimonio
Sobre la roca, volver a empezar
Reflexión y oración para la reconstrucción del matrimonio
“Jamás es tarde para volver a empezar cuando el fundamento es Dios.”
Mateo 7:24 nos recuerda una verdad profunda y, a veces, olvidada:
“El que oye mis palabras y las pone en práctica es semejante a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca”.
En el matrimonio, esta enseñanza no habla de perfección, sino de fundamento. No se trata de no haber fallado nunca, sino de decidir sobre qué base volver a construir cuando todo parece haberse debilitado. Hay hogares que no se caen por falta de amor, sino por haber sido levantados sobre arenas frágiles: el orgullo, el silencio, la falta de perdón, la ausencia de Dios.
Reconstruir un matrimonio exige valentía. Implica reconocer errores, aceptar heridas y, aun así, creer que es posible empezar de nuevo. La roca no es el pasado ni las promesas humanas: la roca es la Palabra viva, la verdad que sostiene incluso cuando las tormentas ya pasaron y dejaron marcas.
Hoy escribo y oro desde la soledad de quien ha sido excluido. Desde ese silencio que duele, pero que también enseña. Aun así, no renuncio a la fe. Seguiré orando por la reconstrucción de mi matrimonio, por la restauración de lo que fue quebrado, y por la gracia de volver a abrazar a mis hijos, a su madre y a mis nietos. Porque el amor verdadero no se rinde, y la esperanza que se apoya en Dios no se extingue con la distancia.
Volver a empezar no borra lo vivido, pero le da un nuevo sentido. Cuando Dios es el fundamento, el perdón deja de ser debilidad, la paciencia se vuelve fuerza y el compromiso recupera dignidad. Escuchar y practicar Su palabra transforma ruinas en cimientos.
Oración
Señor,
hoy elijo edificar de nuevo, no desde el dolor sino desde la fe.
Reconozco que hubo grietas, silencios y caídas,
pero también creo que tu verdad permanece firme.
Desde mi soledad, sigo orando.
No dejo de creer, no dejo de esperar.
Pongo en tus manos mi matrimonio, mis hijos, su madre y mis nietos.
Siembra en cada corazón lo que hoy parece imposible.
Quita de mí el rencor que debilita
y pon en su lugar humildad para pedir perdón y sabiduría para amar.
Enséñame a escuchar antes de hablar,
a sostener antes de juzgar
y a reconstruir con paciencia lo que el tiempo dañó.
Declaro que mi casa se vuelve a levantar sobre la roca,
porque jamás es tarde para volver a empezar
cuando Tú sos el fundamento.
Amén.
Ruben Gustavo Ayala Williams
Padre Excluido – Autor y Compositor
Blog: Palabras, Solo Palabras
Derechos
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