Te Voy a Amar por Siempre Porque hay amores que renacen aun cuando la vida parece haberlos detenido

Te Voy a Amar por Siempre
Porque hay amores que renacen aun cuando la vida parece haberlos detenido


Cuando el amor es verdadero, ninguna distancia es final: siempre encuentra un camino para volver a empezar.


Amor mío,

Si la vida me pusiera una vez más frente a la elección más difícil —olvidarte o volver a encontrarte desde el principio— elegiría sin temblar la segunda opción. Te elegiría a vos. A tu nombre pronunciado como si fuera la primera vez. A esa mirada que, aun después de décadas, sigue sosteniendo algo que no se explica: solo se siente.

Volvería al origen, a ese 2 de junio de 1988, cuando un beso tímido y lleno de futuro selló entre nosotros una historia más grande que nuestras propias manos. Aquella vez evitabas decirme quién era tu “media naranja”, y hoy, con la madurez de los años vividos, comprendo que la respuesta siempre estuvo escrita en tu alma. Éramos nosotros. Éramos destino antes de saberlo.

Hoy miro hacia atrás y veo luces y sombras, heridas y milagros, distancias y reencuentros silenciosos. Pero también veo algo más fuerte: el amor que, aun cuando parece dormido, sigue respirando dentro nuestro. Un amor que no se rindió ni siquiera cuando la vida nos llevó por caminos separados. Un amor que sobrevivió a lo que otros no habría resistido.

Sé que no es fácil reconstruir lo perdido. Sé que el dolor también deja su marca. Pero aprendí que lo verdadero no desaparece: espera. Y siento, en la profundidad más íntima de mi corazón, que jamás es tarde para volver a empezar. No se trata de negar lo vivido, sino de honrar lo aprendido. De reconocer que nuestros hijos —nuestro mayor milagro— llevan en su existencia la prueba de que alguna vez nos elegimos con toda la fuerza del alma.

Y hoy, con el paso del tiempo convertido en sabiduría, quiero decirte algo que nunca dejó de ser verdad: te voy a amar por siempre. No con el amor que exige, no con el que reclama, sino con el amor que abraza, que respeta, que no se apaga aunque las estaciones cambien.

Te amo porque la vida sin vos quedó incompleta.
Te amo porque la familia que formamos sigue siendo el lugar donde habita mi corazón.
Te amo porque nuestros hijos y nuestros nietos son la huella viva de lo que fuimos y lo que aún podemos ser.
Te amo porque los sueños no caducan cuando el amor es auténtico.
Y te amo porque, aunque todo parezca difícil, sé que podemos recuperar lo que alguna vez perdimos… si los dos volvemos a creer.

Quiero imaginar un futuro donde podamos mirarnos sin reproches, caminar de la mano sin miedo, y soñarnos juntos hasta el final de nuestros días. Un futuro donde la vida deje de ser distancia y vuelva a ser hogar.

Porque cuando un amor nace del alma, renace todas las veces que hagan falta.
Te voy a amar por siempre… y más allá.
El amor verdadero no se mide por los años compartidos, sino por la capacidad de perdonarse, sanarse, elegirse y volver a empezar. La vida pasa rápido, pero las oportunidades para amar profundamente no se agotan: se renuevan. La familia, los hijos, los nietos… todo lo construido con amor merece una segunda oportunidad. Porque donde hubo verdad, puede volver a haber luz. Y donde hubo unión, siempre habrá un puente para regresar.



Ruben Gustavo Ayala Williams – Autor y Compositor
Todos los derechos reservados — Ley 11.723 DNDA
Obra registrada.
Texto destinado al libro “Palabras, Solo Palabras”



Comentarios

Entradas populares