El amor que aún habita en el silencio - Cuando el corazón no se rinde, el alma sigue construyendo puentes invisibles.

 

💞 El amor que aún habita en el silencio

Cuando el corazón no se rinde, el alma sigue construyendo puentes invisibles.

A veces el amor no se va.
Solo se queda quieto, dormido bajo el polvo de los días, esperando que alguien vuelva a pronunciar su nombre sin rencor.
Pasan los años, las heridas, las palabras que no debieron decirse y los silencios que dolieron más que un grito. Pero en el fondo —muy al fondo— sigue latiendo aquella promesa que un día hicimos cuando creíamos que nada podría separarnos.

El matrimonio, como la vida misma, no es una historia perfecta:
es un edificio que se construye con manos temblorosas, con errores, con aprendizajes.
Y cuando se derrumba una pared, no significa que todo esté perdido.
A veces solo hay que volver a poner los cimientos donde antes hubo amor.

Porque el amor verdadero no es el que nunca se equivoca,
sino el que aprende a pedir perdón.
El que se queda cuando todo se desmorona.
El que mira a los ojos y dice: “No supe cómo hacerlo mejor, pero aún estoy aquí.”

He comprendido que el amor no se trata de tener razón,
sino de saber escuchar.
No de ganar batallas, sino de sostener la paz en medio de la tormenta.
Que el orgullo solo deja ruinas,
mientras que la ternura puede reconstruir lo imposible.

A veces, en la soledad, uno descubre cuánto significaba aquella voz que lo despertaba con una sonrisa,
o aquel abrazo que calmaba el mundo.
Y entonces entiende que la vida no se mide por los años que pasan,
sino por los instantes en que uno siente que ama y es amado.

Hoy, desde este silencio que tanto me enseñó, solo deseo que donde estés haya paz.
Que cada amanecer te encuentre tranquila,
y que si alguna vez tu corazón vuelve a mirar hacia atrás,
encuentre en mis palabras un refugio y no un reproche.

Porque más allá de las distancias,
de los juicios, del tiempo y de los miedos,
hay algo que nunca cambió:
mi deseo de vernos sonreír juntos otra vez.
No sé si el destino lo permitirá,
pero sí sé que el amor —el verdadero— nunca muere.
Solo espera el momento justo para volver a florecer.

Y si alguna vez volvemos a cruzarnos,
quizás no haga falta decir nada.
Bastará con mirarnos y entender que todo lo vivido,
incluso el dolor,
fue parte del camino para reencontrarnos desde otro lugar,
más sabios, más humanos, más nosotros.


🌷 Reflexión final

Amar no es poseer, es comprender.
No es retener, es acompañar.
Y cuando el amor ha sido verdadero,
aunque el tiempo lo cubra de silencio,
su raíz sigue viva en el alma,
esperando solo una mirada para volver a florecer.

Porque el amor, cuando fue real,
siempre encuentra su manera de regresar…
aunque sea en forma de palabra,
de suspiro, o de esperanza.

Porque Jamas es tarde para Volver a Empezar de Nuevo


© Rubén Gustavo Ayala Williams — Palabras, Solo Palabras
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