Cuando la balanza se inclina Por Ruben Gustavo Ayala Williams

 

⚖️ Cuando la balanza se inclina

Por Ruben Gustavo Ayala Williams
Blog: Palabras, Solo Palabras

Dicen que la justicia es ciega.
Pero a veces no lo es.
A veces elige mirar solo hacia un lado y callar frente al otro.
Y en ese silencio, muchos padres se desvanecen entre trámites, audiencias y esperas interminables que jamás devuelven un abrazo.

Creo, y considero, que la justicia debería ser el espacio donde todos encontremos amparo, sin importar si somos hombres o mujeres, padres o madres. Pero en demasiados casos, la balanza deja de ser símbolo de equilibrio y se transforma en cómplice de caprichos, de venganzas personales y de un dolor que termina pagándose con la infancia de los hijos.

En los tribunales familiares, donde debería escucharse la voz del niño, muchas veces se impone la del enojo.
Existen madres que, movidas por el resentimiento, convierten la separación en guerra y al hijo en rehén. Rehén emocional, rehén del silencio, rehén de una historia que no eligió.
Y la justicia, en lugar de intervenir con sabiduría, con humanidad, con verdad… mira hacia otro lado.
Porque a veces, sin querer o sin querer verlo, se vuelve cómplice.

Mientras tanto, los padres golpean puertas, presentan escritos, lloran en soledad.
No buscan venganza, solo buscan tiempo.
No piden privilegios, solo piden presencia.
Quieren mirar a sus hijos a los ojos sin necesidad de un permiso judicial.

¿Dónde está la igualdad ante la ley cuando una mentira puede más que una verdad?
¿Dónde está la justicia cuando el amor paternal es tratado como sospechoso?
¿Hasta cuándo seguiremos confundiendo protección con exclusión, y derechos con poder?

Una sociedad que permite que un hijo sea usado como instrumento de venganza, está enferma de egoísmo.
Y una justicia que lo permite, deja de ser justicia para transformarse en parte del daño.

La verdadera justicia debería sanar, no herir.
Reunir, no separar.
Y recordar siempre que detrás de cada expediente hay una vida que espera volver a sentirse amada.

Ojalá llegue el día en que la balanza se equilibre no por orden judicial, sino por conciencia humana.
Que la justicia vuelva a mirar con los ojos del alma y no con los del prejuicio.

Porque cuando la justicia es cómplice del capricho, el amor se convierte en sentencia.


✍️ Ruben Gustavo Ayala Williams
Autor y Editor de “Palabras, Solo Palabras”
📜 Todos los derechos reservados. Ley 11.723



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