TU PROCESO, TU TESTIMONIO “para Dios no hay nada imposible” (Lucas 1:37)

 

TU PROCESO, TU TESTIMONIO

Hay momentos en la vida donde todo parece desmoronarse. Cuando lo que antes era firme se convierte en arena movediza. Cuando lo que amábamos se nos escapa de las manos, y las respuestas no llegan. A veces, el dolor se vuelve tan denso que no deja pasar la luz, y sentimos que hasta Dios se ha alejado.

Pero en ese silencio, en ese valle de sombra, comienza algo sagrado: el proceso.

No es castigo. No es olvido. Es transformación.
Dios no improvisa. Dios forma. Y para formar, a veces debe romper. Para enseñarte a volar, primero te quita las muletas. Para enseñarte a amar, primero te deja solo. Para mostrarte que nada es imposible, primero te permite sentir la imposibilidad.

Y ahí estás. Vos. Herido, pero vivo. Solo, pero de pie.
Con los ojos hinchados de llorar y las manos vacías… pero con el corazón aún latiendo.
Ese latido es la voz de Dios que te susurra: “Estoy acá. No he terminado contigo.”

Porque “para Dios no hay nada imposible” (Lucas 1:37).
Tu historia no terminó. Tu caída no fue el final. Tu proceso es el escenario de un milagro que está en marcha.

Tal vez no lo veas aún. Tal vez todo a tu alrededor siga igual.
Pero en lo invisible, en lo profundo de tu alma, Dios está obrando.
No apures el reloj. No cuestiones el horno. No reniegues del crisol.

Tu proceso será el testimonio que afirme que para Dios no hay nada imposible.

Los que te vieron caer, te verán resurgir.
Los que dudaron de vos, verán al Dios que te sostiene.
Y los que hoy no entienden tu dolor, mañana escucharán tu historia… y se fortalecerán en su propia fe.

Porque hay personas que no leerán la Biblia, pero leerán tu vida.
Y tu testimonio hablará por vos.
Será un evangelio vivo.
Un milagro en movimiento.
Una promesa cumplida.

Por eso, no temas.
Llora si es necesario, pero no te rindas.
Dudá si lo necesitás, pero no renuncies.
Sentí la angustia, pero no pierdas la esperanza.

Dios te está formando.

Y cuando salgas de este proceso, no serás el mismo.
Serás más fuerte, más sabio, más compasivo.
Serás un hombre nuevo.
Una mujer renovada.
Un padre que no se rinde.
Una madre que sigue creyendo.
Un alma que aprendió a confiar cuando todo decía que no.

Porque al final del proceso… hay propósito.
Y al final del dolor… hay resurrección.
Y al final de tu historia… habrá gloria para Dios.


📖 Lucas 1:37
“Porque para Dios no hay nada imposible.”

🕊️ Palabras, Solo Palabras
Porque jamás es tarde para Volver a Empezar de Nuevo.



Comentarios

Entradas populares