Papá también se cansa, también se siente solo…
Papá también se cansa, también se siente solo
A veces se olvida que detrás de esa figura fuerte que llamamos papá, hay un ser humano que siente, que sufre y que, aunque no lo diga, muchas veces se siente solo.
Aunque no lo creas, tu padre carga con una montaña de preocupaciones en su mente, día tras día. Trabaja, lucha, se esfuerza, piensa en cómo resolver cada problema familiar… y lo hace sin mostrar signos de debilidad.
Cuando le preguntan cómo está, casi siempre responde: “Bien”. Pero detrás de esa palabra hay silencios. No es que quiera evadir la realidad, es que siente que debe ser el pilar de la familia, el que sostiene todo cuando todo parece derrumbarse.
Papá sabe que si él se cae, todos caen. Y por eso, calla.
Papá también necesita un abrazo
Nos acostumbramos a verlo fuerte, decidido, capaz de todo. Pero pocas veces alguien le pregunta:
¿Cómo estás hoy, papá?
Y esa simple pregunta, que casi nunca escucha, puede ser un bálsamo para su corazón.
Papá es el protector, el que levanta cuando todos caen, el que se levanta temprano para llevarte donde tenés que estar, el que arregla lo que se rompe en casa, el que trabaja de sol a sol para que nada falte.
Es el consejero silencioso que observa, que sueña con un futuro mejor para los suyos.
Parece tener siempre la respuesta… pero a veces, por dentro, tiene más dudas que certezas.
Siempre está, aunque no lo veas
Si hay un problema, será el primero en ayudar.
Si el dinero no alcanza, buscará la manera de cubrir los gastos, aunque eso le cueste a él mismo.
Si ve tristeza, intentará regalar una sonrisa.
Y aunque lo notes serio, pensativo, dirá: “No pasa nada”, aunque por dentro lo sienta todo.
Por eso, si tenés a tu papá, no esperes: andá y abrázalo.
Si está trabajando, mándale un mensaje. Que sepa que lo pensás.
Si tiene que ir al médico, acompañalo.
Si vive solo, llamalo, para que no sienta el silencio de su casa.
No lo juzgues, abrázalo
No lo juzgues por los errores del pasado. Tal vez se haya equivocado, como cualquiera. Pero quizás hoy está intentando reparar lo que un día no supo hacer bien.
Papá es mucho más que sus fallas. Es quien siempre está, aunque a veces no lo notes.
Lo que quizás no sabías es que muchas noches se acuesta en silencio, llorando, rezando por su familia.
Pidiéndole a Dios que el día siguiente sea mejor. Que nada malo les pase. Que puedan estar juntos.
Que algún día… todo vuelva a estar bien.
Reflexión final
A veces la vida nos hace olvidar lo esencial: el tiempo no vuelve atrás.
Ese abrazo que hoy postergás puede ser el que mañana te falte.
Ese “te quiero” que no te animás a decir, puede ser la palabra que él espera escuchar para sentirse vivo, útil, amado.
Papá no necesita regalos costosos. Necesita saber que lo que ha hecho por su familia no fue en vano.
Necesita sentir que, aunque la vida haya sido difícil, su presencia sigue siendo importante.
Que cada paso que dio —con errores y aciertos— sigue marcando el camino de quienes ama.
No esperes el cumpleaños, ni el Día del Padre. Hacelo hoy.
Un día vos también serás padre y vas a entender que cada sacrificio, cada lágrima, cada silencio…
fue puro amor.
**Papá también se cansa.
Papá también se siente solo.
Papá también necesita que lo abracen
y le digan: “Gracias por todo, te amo”.**
No lo olvides.
Papá siempre está.
Aunque no lo creas, aunque no lo sientas, aunque no lo veas…
Siempre está.
📖 “Como un padre se compadece de sus hijos, así el Señor se compadece de quienes le temen.”
Salmo 103:13
✍️ Rubén Gustavo Ayala Williams
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