Fe o Negocio: Cuando Dios se convierte en mercancía

 

📰 Fe o Negocio: Cuando Dios se convierte en mercancía

Vivimos tiempos donde la fe se ha convertido, en muchos casos, en un negocio redondo.
Donde algunos pastores que se autoproclaman “ungidos” usan el nombre de Dios como marca registrada para enriquecerse, mientras las almas sedientas de esperanza y consuelo son tratadas como clientes, no como personas.

Se habla de amor, de humildad, de misericordia… pero en algunos altares solo se ven lujos, codicia y manipulación.
Se predica sobre el perdón, pero se siembra miedo y dependencia económica.

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.”
— Mateo 7:15


🙏 ¿Se negocia con la fe?

Sí, en muchos templos se negocia. Se predica que si das, Dios te bendecirá. Que si sembrás, cosecharás. Que el milagro tiene precio…
Y la gente, desesperada por un poco de alivio, entrega lo que no tiene, con la esperanza de recibir lo que nunca llega.

“Porque hay muchos que enseñan por ganancia deshonesta lo que no conviene.”
— Tito 1:11


💰 ¿Pastores o empresarios de la fe?

Algunos pastores construyen imperios religiosos: manejan millones, tienen medios de comunicación, casas lujosas y autos de alta gama. Todo esto financiado por los fieles que apenas pueden llenar su propia mesa.

Otros, en cambio, sí viven la fe con vocación y sacrificio real, ayudando sin pedir nada a cambio, sirviendo al prójimo como lo haría Jesús.

“Los pastores se apacentaron a sí mismos... pero no apacentaron al rebaño.”
— Ezequiel 34:2


🚪 ¿Las iglesias ayudan de verdad?

Algunas sí: abren comedores, refugios, acompañan a los más pobres, están en las villas, en las calles.
Otras, solo simulan solidaridad para atraer más diezmos o sumar miembros que aporten económicamente.
La diferencia está en la coherencia entre el mensaje y la acción.

“La fe sin obras está muerta.”
— Santiago 2:17


🤷‍♂️ ¿Por qué tanta doble vida?

Muchos que dentro de la iglesia se muestran santos, afuera son infieles, agresivos, indiferentes o egoístas.
La fe verdadera no se limita al domingo: es un estilo de vida, no una máscara.

“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.”
— Mateo 15:8


💔 ¿Dónde quedó el verdadero mensaje?

El mensaje de Jesús fue siempre claro: ayudar sin esperar nada a cambio, amar sin condiciones, dar sin buscar recompensa.

Jesús no vendió milagros. No pidió diezmos para sanar. No hizo pactos económicos.
Él tocó las heridas, caminó con los pobres, defendió a los despreciados y denunció a los hipócritas religiosos.

“De gracia recibisteis, dad de gracia.”
— Mateo 10:8


🌿 Reflexión final:

Este no es un ataque a la fe verdadera, ni a los fieles que de corazón buscan a Dios.
Es una denuncia contra quienes han transformado la espiritualidad en mercancía, la salvación en espectáculo y el mensaje de amor en una industria.

La fe genuina no tiene precio.
El amor de Dios no se compra ni se vende.
La iglesia verdadera es la que abre las puertas, no las que vacía los bolsillos.

Y aunque algunos hayan convertido a Dios en negocio, la verdadera luz de la fe sigue viva en los corazones humildes, en los que ayudan sin esperar, en los que aman sin cobrar, en los que creen sin manipular.

“El juicio comenzará por la casa de Dios.”
— 1 Pedro 4:17



 

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