20 de Julio – Día del Amigo “Cuando la amistad se va… y el silencio se queda” Por Rubén Gustavo Ayala Williams

 

💔 20 de Julio – Día del Amigo
“Cuando la amistad se va… y el silencio se queda”
Por Rubén Gustavo Ayala Williams
Poeta y escritor registrado – Ley 11.723
📖 Blog: Palabras, Solo Palabras


Hoy es 20 de julio.
En las redes sociales todo brilla: fotos, abrazos, mensajes, brindis, risas.
Todos parecen tener a alguien con quien compartir este día especial.
Y yo… no.

No por elección.
No porque no valore la amistad.
Sino porque la vida, en su dureza, me quitó lo que más amaba.
Me mostró que incluso aquellos a quienes les diste todo, pueden soltarte la mano.
Pueden alejarse, ignorarte, olvidarte… o lo que es peor: juzgarte sin saber.

Durante muchos años creí que mis verdaderos amigos eran mi esposa y mis hijos.
Con ellos compartí mis sueños, mis luchas, mis logros y mis caídas.
Creí que esos lazos eran sagrados, invencibles.
Que el amor era suficiente para sostenernos en cualquier tormenta.
Pero un día, la vida me empujó al abismo…
y cuando miré a mi alrededor, ya no estaban.

No hubo abrazos.
No hubo manos tendidas.
Solo silencio.
Un silencio que duele más que cualquier golpe.

Y en medio de esa oscuridad, cuando me vi en la calle, herido, humillado, con el alma rota,
los que se quedaron conmigo no tenían nombre ni promesas.
Eran los perros callejeros, los invisibles de la ciudad,
los que no traicionan, no juzgan, no preguntan.
Solo se recuestan a tu lado. Te dan calor. Te acompañan.
En ellos encontré más lealtad que en muchas personas que conocí.

Y aprendí que la amistad verdadera no siempre viene envuelta en palabras lindas.
A veces se presenta en el silencio, en una mirada que no te abandona,
en una presencia callada que te dice: “Estoy acá, aunque nadie más lo esté”.


🤍 Una reflexión desde lo más profundo
Es cierto: hoy no tengo conmigo a esos amigos que se fueron.
Tampoco a mi familia.
Los extraño. Los amo.
Y aunque ya no compartimos la vida como antes,
no hay en mí rencor, ni resentimiento.
Solo dolor… y esperanza.

Porque también quiero ser justo:
no estoy completamente solo.
A lo largo de mi vida conocí mucha gente.
Amigos de la infancia, de la escuela, del barrio, del trabajo.
Con ellos nos cruzamos y nos decimos “hola, amigo”.
Pero con la mayoría compartimos solo momentos breves, superficiales.
Casi nada.

Y cuando me tocó caer, cuando la calle fue mi único refugio,
hubo personas que no conocía que me ayudaron sin preguntar.
Desconocidos que, sin saber mi historia, me tendieron la mano,
me ofrecieron un abrigo, un gesto, una palabra.

Y también hubo otros…
conocidos de toda la vida
que me vieron tirado en el piso y, en vez de ayudarme,
sacaron fotos para burlarse, para compartirlas con mi familia
como si eso sumara al relato de que merecía estar solo.
Como si ser vulnerable fuera motivo de desprecio.

¿Y sabés qué? A esos también los perdono.
Porque aprendí que cargar con odio es envenenarse el alma.
Y no quiero eso para mí.
Quiero vivir con la conciencia limpia, el corazón abierto
y la esperanza intacta de que algún día podré recuperar a mi familia,
porque los amo con todo mi ser.

No escribo esto para victimizarme, ni para buscar compasión.
Lo escribo porque sé que hay muchos como yo.
Que también miran el celular esperando un mensaje que no llega.
Que ven las fotos de otros y sienten ese nudo en el pecho.
Que también fueron excluidos, dejados atrás, rotos por dentro.

Y a todos ellos quiero decirles:
no están solos.
Aunque cueste creerlo, no están solos.


🌟 A quienes aún tienen un amigo o una familia…
Cuídenlos. Valórenlos. Abrácenlos.
No esperen a que sea tarde para darse cuenta de lo importante que son.
Un amigo de verdad vale más que mil conocidos.
Y una familia unida es un tesoro que no tiene precio.

Si tenés un amigo que está mal… no lo sueltes.
Si tenés un familiar que cometió errores… no lo descartes.
Si alguien que amaste cayó… no le des la espalda.
Porque nunca sabés cuándo podés ser vos el que necesite una mano.


💬 Para cerrar
No voy a decir “Feliz Día del Amigo”.
No me sale.
Pero sí quiero decirte esto:

Que nunca te falte alguien —aunque sea uno solo— que no te suelte cuando caigas.
Que si no lo tenés, ojalá puedas ser vos ese amigo que otros necesitan.
Y que nunca pierdas la esperanza de que todavía puede aparecer
alguien que te abrace con el alma… sin pedirte nada a cambio.

Gracias por leerme.
Gracias por seguir ahí, incluso en el silencio.

🖊️ Rubén Gustavo Ayala Williams
📚 Palabras, Solo Palabras – Todos los derechos reservados – Ley 11.723
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