Justicia Divina y Esperanza Eterna

 

Justicia Divina y Esperanza Eterna

Cuando todo se cae, la Palabra permanece

📖 Isaías 13:11 – Marcos 13:31

Hay pasajes en la Biblia que no son solo letras sobre papel: son verdad viva. Son refugio, juicio y promesa. Isaías 13:11 dice:

“Castigaré al mundo por su maldad,
y a los impíos por su iniquidad;
haré que cese la arrogancia de los soberbios
y humillaré la altivez de los tiranos.”

Vivimos en un tiempo donde muchos se creen impunes. Donde el poder aplasta al inocente y la soberbia se disfraza de autoridad. Pero Dios no es indiferente. Él ve lo que otros ignoran. Él escucha los llantos que no hacen ruido.

Yo, Rubén Gustavo Ayala Williams, lo viví en carne propia.
Fui padre separado, excluido de mi hogar sin voz ni defensa. Viví en la calle, solo, con frío, hambre y el alma hecha pedazos. Fui juzgado por mi pasado, señalado por errores, por enfermedades que no entendía y que nadie quiso comprender.

Pero ahí, entre el polvo y la oscuridad, Dios me habló a través de su Palabra.
No me prometió venganza, sino justicia.
No me dio un castigo, me dio una nueva oportunidad.
No me gritó, me susurró: “No estás solo, hijo.”

Y fue entonces cuando recordé esa otra promesa, la de Marcos 13:31:

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”

Todo puede derrumbarse: familias, hogares, trabajos, reputaciones.
Pero la Palabra de Dios es como una roca bajo los pies temblorosos.
Hoy estoy en pie. No porque me levantó el mundo, sino porque me levantó Él.

Esta reflexión es para vos, que estás en medio del dolor, la confusión o la injusticia.
No te rindas. Aunque no lo veas, Dios sigue escribiendo tu historia.


🙏 Oración de Esperanza y Justicia

Señor Dios de los humildes y quebrantados,
hoy me presento ante Ti con el corazón en la mano.
Tú conoces mi historia, mis caídas, mis noches sin techo ni consuelo,
Tú viste cuando me arrancaron lo que más amaba.
Y aun así, no me dejaste.

Te doy gracias porque tus juicios son verdaderos,
porque humillas la altivez del tirano,
y das valor al que fue despreciado.
Porque cuando todos me soltaron,
Tus palabras me abrazaron.

Haz que cese la soberbia del mundo,
y que en su lugar florezca la compasión.
Sana las heridas del alma,
reconstruye lo que el dolor destruyó,
y devuélveme el gozo de vivir en tu presencia.

No permitas que olvide que tu Palabra nunca pasa,
aunque todo lo demás se derrumbe.
Sigo de pie, Señor,
porque Tú no te fuiste cuando todos se fueron.

Amén.


✍️ Rubén Gustavo Ayala Williams
📌 Todos los derechos reservados – Ley 11.723
🕊️ Testimonio de vida – “Volver a Empezar de Nuevo”
📚 Publicado en el blog: Palabras, Solo Palabras





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