Jamás es tarde para volver a empezar de nuevo
Jamás es tarde para volver a empezar de nuevo
Vivimos en un mundo que nos empuja a correr sin pausa, como si la vida fuera una carrera que sólo ganan los que nunca se detienen.
Buscamos más: más tiempo, más amor, más reconocimiento, más libertad, más juventud, más respuestas.
Y en esa búsqueda constante, muchas veces nos perdemos de lo más valioso: el ahora, el instante en que todo puede cambiar.
Quizás te sientas así:
Estás solo y te pesa el silencio.
Estás en compañía y sentís que te falta aire.
Trabajás sin parar y el tiempo no alcanza.
O tenés tiempo de sobra y no sabés en qué usarlo.
Sos joven y querés crecer rápido.
O sos adulto y deseás volver atrás.
Soñás con irte de donde estás…
…o con volver a ese lugar que un día llamaste hogar.
Todos, de algún modo, estamos buscando algo.
Pero en esa búsqueda, olvidamos mirar lo que ya tenemos.
Olvidamos que la felicidad no está en otro lado, ni en otro tiempo.
La felicidad puede estar hoy, aquí, si somos capaces de abrir los ojos y el corazón.
Yo sé de errores.
Sé de caídas.
Sé lo que es perderse, lo que es dudar, lo que es sentir que uno no tiene lugar.
Pero también sé lo que es amar profundamente.
Y lucho cada día por ese amor: por mis hijos, por mis nietos, por la madre de mis hijos, por el hogar que supimos construir.
Porque sé que aunque la vida nos golpee, el amor verdadero no se borra, no se rinde y no se olvida.
Jamás es tarde para volver a empezar.
No importa cuántas veces nos hayamos lastimado, cuántas palabras no dijimos, cuántos abrazos quedaron pendientes.
Siempre se puede empezar de nuevo.
Siempre se puede tender la mano, decir “te extraño”, “perdoname”, “estoy acá”.
El pasado no se puede cambiar, pero el futuro todavía está en nuestras manos.
Y si estás leyendo esto, quizás sea una señal.
Quizás, en algún rincón de tu alma, sientas que aún hay algo por sanar.
Algo por reconstruir.
Y sí: se puede.
Podemos volver a hablar. Volver a mirarnos. Volver a abrazarnos.
Volver a ser familia.
No importa el tiempo que haya pasado.
No importa quién tenga razón o cuántas veces nos equivocamos.
Importa el amor.
Importa el deseo profundo de reencontrarse.
No sos lo que te pasó. Sos lo que elegís ser hoy.
Y si elegís volver a empezar, vas a encontrar del otro lado un corazón que también espera.
Que también sueña.
Que también necesita.
Porque yo sigo acá.
Con errores, sí. Con cicatrices, también.
Pero con el amor intacto.
Con los brazos abiertos.
Y con la certeza de que nunca es tarde para volver a empezar.
Texto protegido bajo la Ley 11.723 de Propiedad Intelectual (Argentina).
Queda prohibida su reproducción total o parcial sin la debida autorización del autor.
© Rubén Gustavo Ayala Williams
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