UNA LECCIÓN DE LEYES (Humor)
UNA LECCIÓN DE LEYES (Humor)
Un maestro de escuela les deja una tarea a sus alumnos: investigar cómo funciona la ley en su país. Por la tarde, uno de los niños, curioso, se acerca a su padre y pregunta:
—Papá, ¿cómo funciona la ley en nuestro país?
El padre, sonriente, decide explicárselo con un ejemplo:
—Es fácil, hijo. Toma tu cuaderno y escribe:
Yo, tu papá, soy el Gobierno, porque en esta casa mando yo.
Tu mamá es la Ley, porque ella impone el orden.
Tu abuela es la Prensa, porque está enterada de todo.
La mucama es el Pueblo, porque hace el trabajo duro.
Tú eres la Juventud, porque representas el futuro.
Y tu hermanito es la Esperanza del Mañana.
—¿Entendiste?
—Más o menos… —responde el niño—. ¡Pero gracias, papá, ya terminé mi tarea!
Esa misma noche, el niño se despierta para ir al baño y, al pasar cerca del cuarto de servicio, escucha ruidos extraños. Con curiosidad, abre la puerta y descubre a su papá enredado con la mucama. Asustado, corre al cuarto de su mamá, pero la encuentra profundamente dormida. Sin saber qué hacer, va al cuarto de su abuela, quien está distraída viendo televisión. Finalmente, regresa a su habitación y, al entrar, huele algo desagradable: su hermanito tiene el pañal completamente sucio y nadie parece preocuparse por él.
El niño se sienta en su cama, mira al techo y reflexiona:
—¡Ahora lo entiendo todo!
El Gobierno está cog** al Pueblo.
La Ley está dormida.
La Prensa pierde el tiempo con tonterías.
La Juventud está desorientada.
Y la Esperanza del Mañana está hecha mierda.**
La historia es una sátira que ilustra, de manera cruda y humorística, las disfunciones que pueden existir en una sociedad cuando las instituciones que deberían garantizar el orden y el bienestar no cumplen con su propósito. Cada personaje representa un pilar fundamental de cualquier país: el gobierno, la ley, la prensa, el pueblo, la juventud y la esperanza del futuro.
La escena refleja cómo, en ocasiones, quienes tienen el poder (el Gobierno) abusan de los más vulnerables (el Pueblo), mientras quienes deberían supervisar y controlar (la Ley y la Prensa) permanecen inactivos o distraídos. Como consecuencia, las nuevas generaciones (la Juventud) quedan confundidas y sin guía, y el futuro (la Esperanza del Mañana) se deteriora por la falta de cuidado.
Este relato nos invita a reflexionar sobre la importancia de la responsabilidad en cada ámbito de la sociedad. ¿Qué pasaría si cada uno cumpliera su rol con compromiso y ética? ¿Cómo podríamos construir un futuro mejor si nos aseguráramos de proteger al más débil, de mantener activa la justicia y de exigir una prensa veraz y crítica?
Más allá del humor, la historia es un llamado a la acción: cuidar las bases de una sociedad sana para que el mañana no termine "hecho mierda".
Ruben Gustavo Ayala Williams
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